La Elipa


Hoy tocan las fiestas del barrio, tras un largo año en el que todos hemos estado separados por primera vez nos volvemos a reunir. Si algo bueno hemos tenido es que nuestras relaciones han pasado del confrontamiento continuo a un profundo Stand-by, que aunque no ha cerrado viejas heridas, no mías, al menos ha conseguido que ver a tus antiguos compañeros sea realmente una experiencia muy reconfortante.

Lo mejor de todo es sentirte parte de algo tan nimio como un trozo de tierra delimitado por un cementerio, una avenida, la calle Alcalá y la M-30, en el que ni tan siquiera vives, pero son tantas las horas que he pasado en este barrio que a todo a lo que me remita en mi vida tiene una relación con él. Bajarte del bus en la plaza y caminar hacia el metro mientras miras a tu alrededor y te sientes como en casa. Tienes un hogar allí.

Y he aquí la cuasa del Post:

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