Lo que se avecina.

Vengo de la universidad, cansado (algo mejor después de la siesta, pero aun medio zombi) y habiendo oído algo de que se han metido con la periodista Ana Pastor. Leo en un tweet esta noticia: http://es.noticias.yahoo.com/blogs/episodios-nacionales/el-pp-coloca-ana-pastor-en-el-centro-110734668.html y me quedo, por decir algo, "sorprendido". Voy al twitter, busco a Ana Pastor, y en su perfil, el tweet en respuesta a este dirigente del PP, para acceder al perfil del mismo a su vez. Y en fin... Uno ve que personajes como este son los que hacen política, y solo le cabe esperar lo peor de su país, teniendo en cuenta que lo más probable es que sea el PP el que llegue al poder en noviembre, con los mejores resultados de la historia y una mayoría parlamentaria absoluta que le permitirá hacer política como le plazca. Y es que desmotiva mucho presenciar que España vaya a ser gobernada por personas que tienen la desvergüenza, la falta de respeto, el mal "humor", la creencia de ser impunes, y la ambición de poder que ha tenido


Encuesta: ¿qué nombre se pondrá tras el ?dicen por ahí que será

Publicar algo así... y las respuestas que ha dado
después,

vas a abrir mañana con la noticia de blanco y la gasolinera? o vas a abrir con el titular del pais?
no te lo tomes a mal, solo era curiosidad, en el fondo me caes bien

...dicen mucho del partido al que mucha gente, algunos por falsa convicción, otros por incompetencia del PSOE ante la crisis, otros por ver a unos políticos mesiánicos que nos puedan sacar del cenagal, van a votar en las elecciones generales. Es una gran lástima que un sector tan grande de la sociedad española tenga una mentalidad tan maleable como para votar a un partido que representa, dentro del liberalismo político y económico, la parte de España que ha hecho que este país haya tenido a lo largo de su historia un atraso ejemplar, exceptuando como único paréntesis la breve fiebre del oro, plata y otras riquezas traídas (¿o expoliadas?) de América en el siglo XVI, que se derrocharon y fueron utilizadas por ellos, los de siempre, para vivir por encima de sus posibilidades. Otra época de falsa prosperidad han sido los años previos a esta crisis, en los que se ha construido el edificio del ladrillo especulativo, de cuyos escombros aun estamos totalmente cubiertos, y bien enterrados. La parte de España que encarna las mentalidades obsoletas, tradicionalistas y por otro lado, conservadoras del modo de producción capitalista, que, como pasó con el Antiguo Régimen a lo largo del siglo XIX, se encuentra actualmente al borde del precipicio.
Representan el miedo al cambio, al contrario de lo que pueda decir su lema ("Comienza el cambio"), el miedo a aplicar unas políticas que puedan terminar con la crisis en España de forma positiva, y no negativa (lo que acarrearía más crisis... y peor). El miedo a que sus puestos en la élite de la pirámide social se vean amenazados, a que las tornas cambien y tengan que hacer política de verdad (o mejor, dejar de hacerla), y no limitarse a un ideario de recortes y privatizaciones, aparte, claro está, del chapurreo parlamentario. "Sirve pan para los tuyos si ves muy gordo al abad", decía el grupo de rock Mägo de Oz, con mucha razón... Ahora mismo los abades están opulentos, y parece ser que la mayoría quiere seguir dándoles pan y diversos platos frugales... Que no pare la cosa, finalmente todo caerá por su propio peso.
Ah, y el PSOE, más de lo mismo, quizás quitando el factor tradicionalista.

Cosas que nunca cambian.

Por quién doblan las campanas, escrita por Hemingway en 1940, es una obra que retrata los horrores de la Guerra Civil y que ahonda y reflexiona sobre el hombre y la muerte. En ella Hemingway deja caer muchos de los errores infantiloides humanos que causaron la Guerra a través del pensamiento su protagonista Robert Jordan.

"Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; ¡doblan por ti!."

"Esto es como un tiovivo. No es un tiovivo como esos que giran alegremente a los sones de un organillo, con los chicos montados sobre vacas de cuernos dorados, donde hay sortijas que se ensartan con bastones al pasar, a la luz vacilante del gas, en las primeras sombras que caen sobre Maine Avenue; uno de dos tiovivos instalados entre un puesto de pescado frito y una barraca en la que gira la rueda de la fortuna, con las tiras de cuero golpeando los compartimentos numerados y las pirámides de terrones de azúcar que sirven como premio. No, no es esa clase de tiovivo aunque haya gente esperando aquí, igual que se esperan allí los hombres con las gorras caladas y las mujeres con sus chaquetas de punto, descubierta la cabeza y brillando el cabello a la luz del gas, mientras contemplan fascinadas la rueda de la fortuna, que da vueltas. Esta es otra clase de rueda y gira en sentido vertical. Esta rueda ha dado ya dos vueltas. Es una rueda muy grande sujeta por un compás, y cada vez que gira vuelve al punto de partida. Uno de sus lados es más alto que el otro, y cuando vuelve a descender os encontráis en el lugar de partida. No tiene premios de ninguna clase y nadie montaría en ella por gusto. Se encuentra uno arriba y tiene que dar la vuelta sin haber abrigado la menos intención de subirse a ella. No hay más que una sola vuelta, grande, elíptica, que nos eleva y nos deja caer después, volviendo al lugar de donde parimos. Henos aquí de vuelta otra vez sin que nada se haya solucionado."

Y sin embargo, se mueve.

Galileo, siglo XVII. Desafío al orden religioso (y por ende, político) establecido hasta entonces. Se ve obligado a aceptar públicamente, ante la Inquisición, que la Tierra no giraba alrededor del Sol, sino al revés. Pero sale del tribunal pronunciando esta frase, y dando cuenta de que sus convicciones siguen siendo las mismas.