Día 1080

Azul clarito. Así era nuestro mundo.

Día 1080.
El rigor que ha adquirido mi rutina es sobrecogedor. Hoy no he dormido las 7 horas y 50 minutos habituales. De hecho, hoy no he podido dormir.

He estado buscando viejos recuerdos. Sé que no me conviene pero a veces no logro evitarlo. 

Cuando alguien está tan absolutamente aislado necesita de un propósito. El ser humano es un animal racional y busca razones. Necesita encontrar un sentido a su existencia. Pero, ¿qué sentido puede haber en un refugio de metal cuyas cortinas son las más oscuras? ¿Cuando el mundo no es más que un cristal por el que ya has mirado demasiadas veces? Tengo un gran mundo interior pero no es suficiente. Mi razón eras tú. Tú mantenías un propósito.


Tú eras futuro.

Ahora ni siquiera tengo presente. No puedo correr. No puedo mancharme las manos de barro ni lavarme la cara si no es midiendo la cantidad de agua que sale de un tubo. No tengo a nadie con quier conversar, con quien pelear o al que mirar.

La situación es insostenible. Yo debía cumplir con este trabajo y tú tenías tu propia misión. Pero esto debía salir bien, tú y yo íbamos a cumplir y tras finalizar, íbamos a encontrarnos en algún punto. Era nuestro destino...

Pero qué ridículo resulta el destino ahora que nada lo sostiene, ahora que nada me une a ti. Nos separamos y ahora estamos a millones... ¿trillones? Puede que no exista una medida. Pero el espacio no era nada comparado a nuestro amor... Ja, ja. La inocencia es la pólvora del amor y el cáncer de la cordura.

Bueno... puede que no estés tan lejos... puede que estés a sólo un par de horizontes. ¿Pero y qué? La distancia no es lo que me mata.


El tiempo me alejó de ti.

Ahora no puedo pararme sin saber si tú paraste, pero cada vez es más difícil continuar sin saber si ya te perdí para siempre. No sé si llego tarde o si me fui dejándote demasiado pronto. Ahora sólo sueño con que me encuentres, con chocarme contigo. Aunque muera y solo pueda verte un instante más... sería una despedida justa ¿no crees?


Si alguna vez ves brillar el polvo de lo que un día fui espero que sepas que bajé para encontrarte o al menos, para decirte que fuiste mi propósito y que siempre hay futuro mientras haya tiempo.

Conciencia


¿Existe Dios? ¿Hay vida después de la muerte? ¿El Big Bang ocurrió realmente? Y de ser así, ¿qué había antes?
Estas han sido siempre algunas de las mayores preguntas que todos nos hemos hecho. Sin embargo hay una pregunta que me reconcome más y me parece más primordial y de la que las anteriores dependen: ¿Qué es la conciencia? ¿Por qué existe? ¡¿Cómo es posible que exista algo así?!

Quiero decir, el origen de la vida es misterioso pero puede resultar más lógico (Ya hablé sobre ello aquí). Algo de materia se mezcla de manera tan increíble que sin quererlo es capaz de producir réplicas de sí misma. Una célula, un conjunto de muchas (realmente muchas) moléculas estructurado de tal forma que es capaz de obtener lo necesario de alrededor para replicarse a sí misma.

Pero aún creándose seres así, capaz de replicarse a sí mismos, estos podrían ser inconscientes. Materia inerte jugando a copiarse a sí misma, como las olas del mar. No habría diferencia con los robots que imaginamos, capaces de ver mediante cámaras, de sentir mediante sensores y reaccionar igual que lo haría un ser vivo. Capaz también de recolectar chatarra o extraer el propio metal y construirse hermanos.

Pero en lugar de metal, nosotros somos átomos de hidrógeno, oxígeno, carbono, nitrógeno... ¿en qué momento estas partículas se comprenden a sí mismas como un único ser? 😮
Me parece algo tan difícil de responder...

Mi punto aquí es que si nuestro cerebro se comporta igual que un ordenador, (y por tanto podríamos ser robots) no necesitamos ser conscientes de nosotros mismos. Simplemente actuaríamos por acción-reacción de señales eléctricas. Un circuito eléctrico muy complejo. Un montón de interruptores y bombillas orgánicas.

Pero lo somos. Somos consciente de todo lo que hacemos. De lo que sentimos. De nuestros pensamientos. ¿Por qué? ¿Cómo es posible?

A la última pregunta no tengo respuesta y no se si algún día la tendremos (Ojalá) pero la primera quizás podamos abordarla con más seguridad.

Creemos que la conciencia es nuestro yo. Lo que nos permite decidir y cambiar el rumbo del universo. Elegí vivir en esta ciudad en lugar de esta otra. Eso nos hace vivir pensando que somos los fabricantes de nuestro destino y que nuestra posición como seres vivos nos da una especie de poder místico capaz de pensar, inventar y hacer sobre la materia inerte. Pero, ¿es realmente así? 

Teniendo en cuenta lo antes dicho y las leyes físicas que todos aceptamos, lo dudo...



La conciencia no es lo que nos permite decidir, sólo nos hace ver nuestra decisión


No estamos razonando, simplemente estamos siendo espectadores de nuestro razonamiento, como el que observa el circuito de un procesador (nuestro cerebro es un perfecto circuito eléctrico). De esta forma podemos corregir errores porque sabemos qué produce qué desde un punto mucho más cercano al origen que lo produce.

Imaginemos que nos despertamos una mañana y al mirar por la ventana vemos el cielo nublado. Un razonamiento lógico sería: está lloviendo, voy a coger el paraguas.
Sin embargo al salir por la puerta el paraguas comienza a bambolear y finalmente se da la vuelta, se rompe e incluso se nos escapa de las manos. ¿Por qué? Hace viento.

Ahora resulta muy sencillo saber cual ha sido nuestro error ya que conocemos la causa, hemos decidido llevar un paraguas porque llovía pero no hemos tenido en cuenta el viento. ¿Hemos decidido por ser conscientes? No. Un robot podría haberlo hecho. Solo hemos seguido una regla lógica: Si llueve, entonces llevo paraguas.

¿Entonces? 

¡Hemos podido corregir nuestro error! Al ser consciente de nuestra decisión es muy fácil encontrar que la regla lógica que hemos seguido no es del todo acertada y podemos autoprogramarnos para tener en cuenta el viento la próxima vez. ¡Hemos aprendido!

El cerebro se comporta como un alumno realizando un examen (el examen de la vida!) y la conciencia como otro alumno que observa al primero. Este ultimo no realiza el examen realmente, no esta contestando a las preguntas (no hay decisión) pero puede ver cuando el primero se equivoca y preguntarle por qué contestó de esa manera. El segundo enseña al primero sin conocer necesariamente la materia que corrige. De esta manera el primero hace mejores exámenes.

Quiero aclarar que el hecho de que las decisiones no las tomase la conciencia (de que las decisiones se tomen de manera programada) no hace que dejen de ser decisiones ni que dejen de cambiar el rumbo de la historia.
A la cuestión: quiero ir a Toledo por el camino más corto, ¿qué hago? Ruta A 10 km, ruta B 15 km; la decisión sería la ruta A, ya que es más corta que la B. Es una decisión programada (10 < 15) pero no deja de ser una decisión (basada en un cálculo).

Esto viene al hilo de que me encontraba viendo la serie de TV Westworld y me di cuenta de que...




Somos robots que se autocorrigen. Pero nada más que eso. Robots.







¿Y qué? seguimos disfrutando de series como Westworld y de un día de sol y de un día de lluvia. ¿Qué problema hay? Además... ¡podremos crear androides tan vivos como nosotros!



Espero haberos removido la conciencia.